La reforma del Pacto de Estabilidad atrae a España y Francia pero no a Alemania

La solución de compromiso de Bruselas para reformar el pacto de estabilidad no logró salvar la división tradicional Norte-Sur que afecta a la UE en materia de política económica. Las nuevas reglas de déficit y deuda propuestas por la Comisión de Ursula von der Leyen satisfacen a España y Francia, pero molestan a Alemania, que reclama más disciplina presupuestaria, según explica el diario El Español.

Un choque que pone de manifiesto la enorme dificultad de encontrar un acuerdo antes de que el Pacto vuelva a entrar en vigor en 2024. El plan de Von der Leyen se basa en un precario equilibrio que intenta complacer a ambas partes. Por un lado, ofrece más flexibilidad y más tiempo para poner orden en las cuentas públicas, como exigen París, Madrid y Roma. Para ello, se diseñarán planes de ajuste plurianuales en función de cada Estado miembro, negociados bilateralmente entre Bruselas y las distintas capitales. Estos planes tendrán una duración inicial de cuatro años, pero pueden extenderse a siete años si el gobierno en cuestión implementa reformas o inversiones de interés europeo.

Al mismo tiempo, para apaciguar a Alemania, los Países Bajos y los países “frugales”, el ejecutivo de la UE anunció nuevas multas semiautomáticas para los países que no cumplen. Se mantiene la sanción máxima prevista en la normativa vigente, que es del 0,2% del PIB (2.400 millones de euros en el caso de España). Una sanción que nunca se ha aplicado porque se percibe como “la opción nuclear”.

Por ello, la reforma incluirá multas adicionales, cuya cuantía será muy inferior (un máximo de cien millones de euros). Esto permitirá que se activen antes cuando un Estado miembro se desvíe de su límite de gasto. Y serán más automáticos, por lo que no dependerán tanto de la manipulación política como ahora.

Para el Comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, para curar a los enfermos (es decir, para reducir el nivel de endeudamiento preservando el crecimiento económico), es necesario combinar la “píldora dulce” con la píldora amarga. “Por un lado, la trayectoria de desendeudamiento se decide a partir de una propuesta del propio país. Y obviamente es un camino mucho más progresivo y flexible que el que brindan las reglas actuales”, dijo Gentiloni.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, considera que la propuesta de la Comisión Europea “es una buena base de trabajo”. Un plan “equilibrado” que se inspira en gran medida en el documento conjunto presentado por España y Holanda el pasado mes de abril, según fuentes del Ministerio de Economía.