La Comisión Europea no ha corregido sus previsiones respecto a mayo: el crecimiento se mantiene en el 4%, cerca de la previsión del Gobierno de abril del 4,3%. El golpe llega en 2023, con una de las mayores revisiones a la baja de Europa, de 1,3 puntos porcentuales: crecimiento del 2,1%, después de que la propia Comisión estimara meses atrás que sería del 3,4%. Para este período, el gobierno había estimado un crecimiento de 3,5% hace tres meses. La ralentización económica está en línea con lo que ocurre en el conjunto de Europa ya que en ningún país mejoran las previsiones. En concreto, la economía de la eurozona crecerá un 2,6% en 2022 y un 1,4% en 2023.
“En España”, según el comisario Gentiloni, “la actividad económica de este año se verá respaldada por el retorno del turismo a los niveles previos a la pandemia y una implementación más rápida de las inversiones en el marco del plan de recuperación y resiliencia. Hacia finales de año y hasta 2023 , se espera que la actividad económica se desacelere a medida que los hogares ajustan sus decisiones de consumo a la incertidumbre económica y al aumento de los precios”.
Otra mala noticia para España son las subidas de precios mencionadas por Gentiloni. La nueva revisión de la Comisión Europea prevé una inflación media del 8,1 % hasta final de año, y hasta 2023 los precios se estabilizarán un poco más, con una inflación media del 3,4 %. En la zona euro alcanzará el 7,6% en 2022 y el 4% en 2023, pero además, el tercer trimestre del año debería alcanzar un nuevo máximo histórico del 8,4%. «A pesar del debilitamiento de la economía, las presiones inflacionarias siguen siendo fuertes, pero después de alcanzar un máximo histórico, habrá una caída», dijo Gentiloni.
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