noviembre 8, 2024

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El Boletín Oficial del Estado no es suficiente para generar un tejido empresarial

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JP Marín Arrese | En nuestro país se ha extendido la idea un tanto simplista de que el maná de Bruselas solo hará un milagro para salvarnos del bache. Como si el regreso a una vida normal solo dependiera de una inyección masiva de fondos. Sin duda, contar con estos recursos contribuirá de manera decisiva a amortiguar el profundo desequilibrio en nuestras difíciles finanzas.. También financiará proyectos e inversiones de futuro, como la digitalización o la transición a una actividad productiva más sostenible. Sin embargo, la recuperación de la dinámica económica dependerá principalmente de la recuperación de la confianza tras el colapso provocado por la crisis. La contracción de la demanda, sacudida por un sentimiento generalizado de inseguridad, ha causado más daños que las medidas restrictivas adoptadas para frenar el contagio.

No será fácil recuperar el terreno perdido. En gran medida, el empleo se ha salvado de las llamas en el corto plazo gracias a los mecanismos de retención del gobierno. Pero incluso si lo hace, su curso futuro dependerá en última instancia de qué tan bien las empresas se recuperen de los estragos causados ​​por la tormenta. Es más grave y más extendido de lo que generalmente pensamos. La crisis ha afectado de manera desigual a distintos sectores, destruyendo servicios como el turismo, la recreación y el comercio, tan importantes para nuestro país. Pero, en la práctica, todas las industrias han sufrido el impacto de este devastador desplome. Apoyar de forma decisiva a las empresas que afrontan situaciones críticas o dificultades importantes para que vuelvan a la normalidad tras la crisis es un objetivo clave de la recuperación. Sin embargo, los esfuerzos realizados quedan muy por debajo de lo deseable. No tiene sentido tratar de mantener el empleo con fondos públicos si, al final del día, la debilidad de las empresas se muestra incapaz de absorber esta mano de obra bajo protección temporal. Menos aún para crear nuevos puestos de trabajo.

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Se espera mucho de los proyectos futuros como panacea. Incluso se hacen llamamientos a amplios planes de reindustrialización. Como si el Boletín Oficial del Estado fuera suficiente para generar una red de empresas. En general, es bueno apoyar la innovación como herramienta para promover la modernización de la economía. Pero, sin desconocer el activo corriente. Estas son las personas que apoyan el empleo y toda una serie de empresas proveedoras. Frecuentemente, los líderes políticos tienden a apostar por lo nuevo, lo que está de moda. Olvidan que la preservación de la estructura productiva existente, siempre que no sea inviable en el largo plazo, es la mejor estrategia de desarrollo económico. Europa se centra ahora en los objetivos de la digitalización y la llamada economía verde. Estos son sin duda nichos del futuro. En el pasado, apostó por la tecnología de la información sin lograr cerrar la brecha que la separaba de economías como Estados Unidos o China. Europa ha sido testigo de un vasto e incesante proceso de deslocalización industrial a países asiáticos, sin exigir condiciones comerciales mínimas o incluso iguales.

Nuestro país es un buen ejemplo de este proceso. Al confiar en la protección contra la competencia extranjera que brinda el sector de servicios, hemos descuidado otros segmentos productivos. Tratar de recuperar el terreno perdido ahora parece una ilusión. Especialmente cuando consideras la hlas importantes inversiones necesarias para crear un programa de industrialización desde cero. Menos aún si pretendemos dirigir el proceso desde las instituciones gubernamentales, sin considerar que el protagonismo siempre lo debe jugar la clase empresarial. Por esta razón, Tengo dudas sobre nuestra capacidad para absorber fondos comunitarios para proyectos como la digitalización, que requieren una base tecnológica sólida. Lo mismo ocurre con la transición ecológica, cuyo pleno uso y desarrollo requiere una infraestructura industrial de la que carecemos. Por cada euro invertido en un parque solar, más de la mitad se destina al fabricante de paneles. Al final, es más importante preservar lo que tienes que aventurarte en un territorio inexplorado.

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