Una década de locura fiscal
3 min readFernando González Urbaneja | Tanto el actual gobierno como el anterior (Rajoy y Sánchez o Montoro y Montero) se han ganado una página en la historia fiscal española con la calificación de un periodo confuso, lleno de ingenio e improvisación. Ambos gobiernos han encargado informes de paneles de expertos para una importante reforma fiscal. Y los dos informes, de innegable calidad técnica y con interesantes propuestas, han quedado enterrados en el cajón de los documentos para el olvido. Solo propaganda. Ambos gobiernos se han desvivido por recaudar, reformar, complicar, enredar… el sistema tributario, que por más de una década necesitó reformarse y actualizarse por la caducidad del modelo, por el agotamiento.
Pero ninguno de los ministros (y de los dos presidentes) fue capaz de entender el problema y proponer una reforma respetable y responsable.
En el caso de Montoro, firmó ciento y media leyes de diferente rango que cambiaron el sistema, generalmente para subir impuestos y confundir a los contribuyentes. Varias de las normas de mayor impacto se encontraron entonces contra las disposiciones aprobadas por el Parlamento por las altas cortes europeas y españolas, con consecuencias desastrosas para las autoridades fiscales y para los contribuyentes, pero no para los responsables de los errores.
El caso del actual gobierno sigue un camino similar. Muchas reglas, muchos cambios, muchas ideas… con malos resultados. La suerte de estas normas, al pasar por el tamiz legal, corre el riesgo, en opinión de avezados fiscales, de hundirse con consecuencias desfavorables para todos, salvo para los perpetradores de los desmanes.
Sin embargo, el Gobierno, como reacción a la aplicación del tipo cero del impuesto sobre la riqueza en Andalucía, advierte de que prepara, sin más detalles, un impuesto a los ricos. Gravar a los ricos (el 1% de los contribuyentes) tiene buena prensa, suena bien para la gente común, pero luego generalmente se reduce a poco o nada, más intención que resultados.
Gravar a los ricos es una perogrullada, una simpleza que parte de la indeterminación de lo que significa ser rico; rico en riqueza? rico en ingresos? rico por herencia? Y, sobre todo, la fiscalidad, la definición de la base y los tipos aplicables. En estos detalles, toda opinión sólo habla por hablar.
Hay mucha doctrina y literatura sobre tributación, muchos informes bien fundamentados y mucha experiencia contrastada. Una correcta tributación (independientemente del volumen de recaudación, tipos bajos o altos) requiere pocas reglas, que sean muy claras, que sean duraderas, que se respeten, que recojan lo esperado y que sean de carácter general. Lo que tenemos ahora es: muchas reglas, que son efímeras, imprecisas y casuísticas, que no se respetan y que recaudan menos de lo esperado. En definitiva, un lío fiscal. Montoro y Montero escriben las páginas menos brillantes de la historia fiscal de los últimos cincuenta años.
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