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Las máscaras ‘made in Spain’ desarrolladas por el CSIC ya llegan a las tiendas y nos prometen una filtración diez veces mayor

Durante las últimas semanas, todos hemos sido testigos de cómo las máscaras se han convertido en uno de nuestros mejores activos para detener la propagación de la enfermedad COVID-19. Los plazos requeridos para obtener una vacuna efectiva barajada por los científicos nos invitan a asumir que se trata de una carrera de larga distancia, por lo que todo parece indicar que las máscaras han llegado a nuestras vidas. decidido a quedarse. Al menos por un período de tiempo respetable.

En este contexto, se ha desarrollado el hecho de que un grupo de científicos del CSIC dirigido por el investigador José María Lagarón, del Instituto de Agroquímica y Técnica de Alimentos (IATA-CSIC) un nuevo material con nanofibrasque, según esta institución científica, ha demostrado tener propiedades muy beneficiosas, es sin duda una muy buena noticia. Las primeras máscaras hechas con este material están a punto de llegar a las tiendas españolas, y las características de las que habla el CSIC nos invitan a tenerlas en cuenta.

Se filtran mejor, son lavables, biodegradables y se pueden usar durante días

El primer medio millón de máscaras producidas con el material desarrollado por el CSIC han llegado al mercado español esta semana, y pronto estas máscaras también aterrizarán en los mercados alemán y latinoamericano. Su propiedad más atractiva es que, según el CSIC, el material de nanofibras que han desarrollado tiene una capacidad de filtrado diez veces mayor que el de los materiales comúnmente utilizados en la fabricación de las máscaras sanitarias y quirúrgicas que actualmente podemos encontrar en tiendas y farmacias.

El material de nanofibras desarrollado por el CSIC tiene una capacidad de filtración diez veces mayor que la de los materiales comúnmente utilizados en la fabricación de máscaras sanitarias y quirúrgicas.

Esta eficiencia ha permitido que estas máscaras, en cuyo desarrollo la empresa Bionicia, en la que participa el CSIC, también hayan obtenido la certificación especial CPA FFP2. Por supuesto, los responsables del desarrollo de este material se aseguran de que también se pueda usar en la fabricación de máscaras sanitarias FFP1 y FFP3, así como máscaras quirúrgicas. Pero esto no es todo. Otro truco que, en papel, coloca estas máscaras como una opción interesante para los usuarios es el hecho de que pueden ser lavado y reutilizado durante días, algo que nuestros bolsillos sin duda aprecian.

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Aunque están demostrando ser necesarias, el uso masivo de máscaras por parte de la mayoría de la población representa una seria amenaza para el medio ambiente, y aquí estas máscaras del CSIC también parecen tener algo que decir. Y es que el material de nanofibras utilizado en su fabricación es biodegradablePor lo tanto, los agentes biológicos son capaces de descomponerlos en condiciones ambientales normales, evitando que se conviertan en otro elemento contaminante. Otro punto a su favor.

Todo lo que hemos visto hasta ahora se ve muy bien, y el hecho de que estas máscaras estén respaldadas por la institución científica española de mayor reputación nos invita a tomarlas en serio, pero hay otro factor que no debemos pasar por alto: su precio. La información publicada por el CSIC no incluye cuánto cuestan las primeras máscaras con material de nanofibras que ya están llegando a las tiendas, aunque esta institución garantiza que la tecnología utilizada en su fabricación es igual de barato que el tradicional Esperemos que no sean más caros que las máscaras «normales» que estamos usando actualmente.

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