En contexto de continuas inundaciones, familias en Burundi se tambalean por pérdidas reiteradas

La OIM está trabajando con el Gobierno de Burundi y otros actores humanitarios para brindar asistencia vital a la población desplazada. Además de los albergues de emergencia, la organización ha proporcionado hasta ahora 442 kits de artículos de higiene y no alimentarios a personas desplazadas, con el apoyo financiero de la Oficina de Asistencia Humanitaria de los Estados Unidos.

“Cuando era más joven, escuché que las personas se vieron obligadas a mudarse debido a los conflictos, pero nunca a causa de desastres como las inundaciones”, dice Jacqueline.

Según la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM) de la OIM, más del 90 por ciento de los desplazamientos internos registrados en Burundi en los últimos años fueron provocados por desastres. De 2008 a 2022, las inundaciones representaron las tres cuartas partes de esos desplazamientos, según el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC).

La recurrencia de desastres inducidos por el clima en Burundi, combinada con el aumento del costo de vida y otros impactos externos, continúa socavando la resiliencia de las poblaciones afectadas. Además de perder sus hogares, muchas personas perdieron repetidamente sus medios de subsistencia cuando las inundaciones destruyeron cultivos y dañaron negocios.

“Vivimos un día a la vez, dolorosamente”. Jackson, un padre de seis hijos de 35 años, se inundó por segunda vez. En ambas ocasiones, las inundaciones lo tomaron por sorpresa, destruyendo sus planes de negocios junto con sus esperanzas de un futuro mejor.

“Esta inundación puso nuestras vidas patas arriba. Alquilé un lugar por 200.000 francos de Burundi. [around USD 70]. Esa inversión habría rendido más de dos lakhs y medio [around USD 880]. Pero con la inundación lo perdí todo. Mi proyecto ganadero también se esfumó: mis cabras, cerdos, patos, gallinas, todos murieron a causa de la inundación. Es una gran pérdida para mí. Si hay una inundación, lo pierdes todo, incluso te afecta mentalmente”.

El noventa por ciento de la población de Burundi depende de la agricultura para su sustento. Los peligros similares a Jackson prevalecen después de eventos catastróficos inducidos por el clima debido a su conexión con los medios de vida, en este caso la agricultura.

Aunque ella misma no se dedicaba a la agricultura, los ingresos de Jacqueline para sus siete hijos dependían de la agricultura. Ahora, como ha encontrado refugio más lejos de donde solía trabajar, no puede encontrar trabajo en las fincas. Dejó a sus dos hijos menores con vecinos en Gatumba para que pudieran continuar sus estudios. Pero no todos los niños pueden contar con una estructura de apoyo social de este tipo cuando los desastres perturban sus vidas de muchas maneras. Para algunos, las clases se vieron interrumpidas debido a las inundaciones, mientras que otros convirtieron sus escuelas en refugios para personas desplazadas.