El endeudamiento de las Administraciones Públicas alcanzó un nuevo máximo en marzo: 1,45 billones de euros (117,7 % del PIB)

La deuda pública sigue batiendo récords. En marzo, la deuda alcanzó un nuevo máximo histórico de más de 1.450 millones de euros tras subir 12.381 millones de euros respecto a febrero, según el avance estadístico publicado ayer por el Banco de España. Es cierto que la relación deuda/PIB se situó en el 117,7 %, muy lejos del 125 % que alcanzó en marzo del año pasado. Sin embargo, esto se debió exclusivamente a la recuperación económica, que redujo la carga relativa de la deuda sobre el producto interno bruto. En términos absolutos, la deuda se ha disparado en más de 230.500 millones de euros desde finales de 2019.

Aunque los datos de deuda pública publicados ayer por el Banco de España se refieren al conjunto de las Administraciones Públicas, el verdadero artífice de este salto cuantitativo ha sido el Estado, que acumula casi nueve de cada diez euros de pasivo nacional. En concreto, la deuda del Estado ascendía a 1.270 millones de euros en marzo, el 87,6% del total, tras haber aumentado 12.068 millones de euros en tan solo un mes. Desde finales de 2019, su deuda se ha disparado en más de 219.000 millones de euros, lo que ha llevado su endeudamiento a niveles sin precedentes en la historia.

Tal y como explica el Gobierno en el plan de estabilidad presentado a Bruselas, la ratio deuda/PIB seguirá rondando el 109,7% en 2025; esto es más de 14 puntos superior a la cifra de 2019 y casi 50 puntos superior a las reglas fiscales europeas.

Por ahora, el Gobierno de Sánchez sigue situando la reducción del déficit en aspectos puramente cíclicos (crecimiento y aumento de rentas) y no en ajustes estructurales. La Airef advirtió la semana pasada que sin una hoja de ruta real para la consolidación fiscal, el déficit estructural, que incluye gastos permanentes como las pensiones, se estancaría en torno al 4% para 2025. Y eso inflaría la deuda pública, que podría alcanzar niveles del 140% en dos décadas,

España finalizó 2021 con la cuarta deuda pública más alta de la UE, un 118,4 %, solo por detrás de Grecia (193,3 %), Italia (150,8 %) y Portugal (127,4 %).