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OPINIÓN

Primero, mi pecado: en febrero publiqué ¿Coronavirus? … terrorismo epidemiológico: la gran mentira de la gripe aviar. Durante 8 meses no he tenido una opinión sobre esta pandemia de COVID que ha cambiado nuestras vidas. La opinión de un periodista debe venir después de un exhaustivo trabajo informativo. Suelo decir que solo escucho a quienes a veces dicen “no sé nada de eso”, pero todos tenemos la tendencia a decir lo que pensamos sobre cualquier tema.

Ese artículo de febrero fue mi respuesta tardía contra los políticos y técnicos de la Administración Pública Vasca responsables de haber extendido por toda Europa la mentira de que en 2006 había Gripe Aviar en el País Vasco. De ahí mi escepticismo ante la época de la nueva enfermedad que se estaba extendiendo por todo el mundo desde China. Pero no soy un conspirador ni tengo una opinión suficientemente informada sobre lo que está pasando con COVID. Sin embargo, estoy harto del abuso de las estadísticas mentirosas que infunden miedo gracias a los periodistas que parecen ni siquiera saber cómo hacer una regla de tres. Desde primavera nos han acompañado de tablas estadísticas en las que se trazaba esa famosa curva que había que romper.

En el verano, esos gráficos se dedicaron a difundir falsedades: olvidándose de ratios y proporcionalidad, proclamaron que estábamos peor que en marzo. Se olvidaron de reflexionar con la misma contundencia que el porcentaje de positivos era mucho menor que entonces. Si en marzo una de cada dos pruebas fue positiva, durante el verano y también ahora se mueven principalmente entre el 5 y el 10 por ciento. Alfonso Longo lo denunció en un video de YouTube. ¿Los políticos, los periódicos y las televisiones querían sembrar el terror para provocar que los ciudadanos se protegieran más? Algunos tienen otra teoría. El blog ‘Astillas de la realidad‘publicó en septiembre un artículo titulado «el escándalo de las subvenciones explica la gran cantidad de “infecciones”».

Se pregunta por qué España tiene tasas tan altas de supuestas infecciones por COVID-19. Sostiene que la explicación radica en “la pugna por obtener la mayor porción posible del pastel de subsidios en forma de dinero por porcentaje de infectados con las pruebas de PCR amañadas”. Añade que hay un “jugoso reparto de 16.000 millones de euros” para los departamentos de salud de las 16 comunidades autónomas de España. Lo dejo ahí … Batallas cainitas entre políticos poltroneros. Jamás se me ocurrirá criticar los protocolos de seguridad sanitaria decretados por nuestros gobiernos. Nunca lo he hecho y nunca lo haré. Mi nombre no es Donald Trump. Sin embargo, me asombra la batalla campal entre los Gobiernos de España y Madrid en busca de un sillón en la capital de España.

Esta crisis ha tenido algo bueno: tras el decreto del Estado de Alarma y el encierro de toda la población, finalmente se ha creado una estrategia estatal para combatir el Coronavirus. Se aislarán aquellos municipios de más de 100.000 habitantes con ocupación de UCI con pacientes COVID superior al 35 por ciento o tasas de 500 positivos por cada 100.000 pruebas realizadas. Desde que pudimos salir de nuestras respectivas comunidades autónomas, cada ciudadano tuvo que consultar el BOE, el Boletín Oficial de cada región e incluso la normativa municipal para saber qué podíamos y qué no podíamos hacer en la calle. Las 17 autonomías, Ceuta y Melilla se han convertido en 19 reinos de Taifa con 19 califas que decidieron qué medidas preventivas.

Bajo su propio riesgo … Pero el riesgo lo pusieron los ciudadanos. Por si fuera poco, gobiernos como el de Pedro Sánchez e Íñigo Urkullu utilizaron tortuosas maniobras para que la Ciencia no se hiciera cargo de la crisis: la exconsejera vasca de Sanidad Nerea Murga separó en abril el Servicio Público de Epidemiología a favor de una grupo de gerentes en el que confía. El Gobierno de España también nos engañó cuando aseguró que un Comité de Expertos asesoraba al omnipresente Fernando Simón. Mentira.

El Foro Económico Mundial de Davos se frota las manos

Pasarán años hasta que sepamos qué sucedió realmente con esta pandemia. Y habrá muchas versiones. Cada uno con su interés geoestratégico. El mundo está dividido entre los intereses de los oligarcas de China, Estados Unidos, Rusia y el mundo árabe. Cada uno con una mira de cañón puesta en conquistar el resto del planeta. La Tercera Guerra Mundial ya se libra en el campo comercial y epidemiológico. ¿Quién ganará? Espere el próximo capítulo. Isaac Asimov continúa escribiendo su próxima novela desde la tumba. Mientras tanto, el Foro Económico Mundial en Davos ya ha preparado su estrategia COVID y POST-COVID. El objetivo es derribar el modelo que tenemos y reconstruirlo desde cero. La pandemia de coronavirus es la gran oportunidad para los dueños del planeta de reformar el capitalismo.

Deja que la grasa siga engordando a expensas de la grasa de los más delgados. Los tiburones del mundo empresarial se calzan las botas devorando pececillos. La competencia y las leyes del mercado vuelven a marcar nuestro destino. ¿Resistiremos? El Dynamic Duo cree que sí, pero …

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