La crisis de Vinicius en España podría marcar una nueva era contra el racismo – The Irish Times
5 min readFue necesario un enfrentamiento furioso en un estadio de fútbol, una reacción internacional que comenzó en la cumbre del G7 y varios días de intenso examen de conciencia, pero existe la sensación de que, finalmente, España podría estar enfrentando su problema de racismo.
A lo largo de esta temporada, el delantero brasileño del Real Madrid, Vinicius Junior, se ha enfrentado a insultos raciales de los aficionados en los estadios de todo el país. El joven de 22 años publicó un video recopilatorio de algunos de ellos, incluidos ruidos de monos, cánticos de ‘Die Vinicius’ e incluso una efigie del jugador, con una soga alrededor del cuello, colgando de un puente.
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El pasado domingo, sin embargo, cuando Vinicius volvió a ser maltratado en el estadio de Mestalla de Valencia, el problema llegó a un punto crítico. El jugador corrió hacia la línea de banda y señaló enojado a un fanático que, según dijo, le hizo ruidos de mono. El partido se retrasó 10 minutos debido a la confusión que siguió. Cuando se reanudó, acabó siendo expulsado tras una melé con un jugador del Valencia.
Posteriormente, Vinicius recurrió a Twitter, donde dijo que “el racismo es normal en LaLiga. El campeonato que una vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi ahora pertenece a los racistas.
Horas después del partido, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se pronunció al respecto en la cumbre del G7 en Japón y dijo que “no podemos permitir que el fascismo y el racismo se arraiguen en los estadios de fútbol”.
Ha sido una semana tórrida para las instituciones futbolísticas de España, que han intentado contrarrestar la idea de que sus estadios son focos de extremismo o que el país en su conjunto tiene un problema de racismo.
Después de entablar una pelea autodestructiva en Twitter con Vinicius por sus afirmaciones, Javier Tebas, presidente de la liga de élite española LaLiga, dio una conferencia de prensa en la que insistió en que ni el país ni su fútbol son racistas. También dijo que La Liga ha usado repetidamente sus poderes limitados en esta área para hablar en contra de incidentes de insultos raciales en los estadios, ocho ejemplos de los cuales se han dirigido a Vinicius solo esta temporada. Y, sin embargo, dijo Tebas, los fiscales, los tribunales y la asociación de fútbol casi nunca han actuado sobre estas denuncias.
Esta vez, sin embargo, fue diferente. Aunque La Liga aún no ha informado sobre los hechos del domingo, a mediados de semana la policía había arrestado a tres aficionados sospechosos de abuso racista y la federación de fútbol cerró una grada en el estadio de Valencia durante cinco partidos. Los fiscales ahora están investigando. En otra jugada muy inusual, le quitaron la tarjeta roja a Vinicius.
Mientras tanto, se ha desatado un debate más amplio sobre si España es intrínsecamente racista. En Radio Marca, cuyos programas suelen examinar con detalles alucinantes el auge y las consecuencias de los partidos de fútbol, ha estallado un acalorado debate sobre el tema.
Cuando el experto Pipi Estrada afirmó que “los negros caminan libremente por las calles sin que nadie los moleste”, y agregó que “en España no hay racismo”, su compañero invitado Miguel Quintana le dijo que lo trataban como un “gamberro” que reciclaba el lenguaje de los racistas. . No era un análisis sofisticado, pero significaba que incluso los medios no académicos estaban hablando sobre el tema.
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el redactor de El diario La Vanguardia, Jordi Juan, escribió que el caso de Vinicius “debería marcar un punto de inflexión”, poniendo fin a la relativa inacción de España al respecto.
Mientras tanto, muchos se preguntan por qué, de repente, las autoridades del país han decidido actuar con tanta firmeza.
Los motivos son varios, el más evidente es el dramatismo del enfrentamiento de Vinicius con sus atacantes en el estadio de Mestalla, con su angustia y enfado captados en cámara. Sin embargo, la dimensión internacional de este episodio también jugó un papel muy importante. Los comentarios de Lula -presidente de una gran potencia económica y futbolística- y la atenuación de las luces que iluminaban la estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro en solidaridad con Vinicius el lunes, hicieron de esto una historia mundial. España, siempre extremadamente sensible a cómo es percibida por los demás, se sintió obligada a actuar.
Mientras tanto, el hecho de que el equipo de Vinicius sea 14 veces campeón de Europa, el Real Madrid, hizo que los reflectores no se apartaran de este episodio. Una institución de enorme poder e influencia dirigida por el magnate Florentino Pérez, el club se encontró en la inusual posición de ser una víctima.
La pregunta ahora es si las autoridades actuarán con tanta firmeza en otras circunstancias. Cuando, por ejemplo, un jugador negro menos conocido de un club más pequeño es víctima de abuso racista y el incidente no aparece en los titulares internacionales, ¿qué tipo de acción se tomará? La respuesta nos dirá si este episodio marca o no un nuevo comienzo para España.
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