diciembre 25, 2024

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En La Rioja española, las viñas viejas podrían proteger al vino del cambio climático

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Torres señaló que la cosecha de este año se adelantó más de dos semanas al promedio histórico, alterando el balance ideal de uvas para la vinificación.

La producción ha estado por debajo del promedio durante los últimos cuatro años debido a la menor lluvia y las temperaturas más altas, y disminuyó entre un 5% y un 10% a medida que disminuyó la cantidad de uvas adecuadas, dijo.

VINO NUEVO VIEJO

En una mañana reciente en el ICVV, ubicado en las afueras de Logroño, la capital de La Rioja, las centrífugas emitieron un pitido y el vapor de nitrógeno líquido se elevó de un balde mientras un investigador se preparaba para extraer ADN de hojas de parra trituradas.

Es el único laboratorio de España y uno de los pocos del mundo que realiza un análisis molecular completo de la vid, ha señalado el director del ICVV, José Miguel Martínez Zapater.

Sus muestras proceden de un viñedo cercano, utilizado como banco científico, donde desde los años 80 se plantan esquejes de viñas viejas de hasta 100 años.

“La técnica de resecuenciación de genomas permite la identificación de mutaciones específicas que causan enfermedades en poblaciones humanas”, dijo. “La misma tecnología se aplica para las vides, pero estamos buscando características que permitan que las vides se adapten mejor a las condiciones ambientales.

Las temperaturas abrasadoras podrían eventualmente detener la producción de vino en algunas partes de España, advirtió Zapater.

El ICVV, que cuenta con un presupuesto anual de 6 millones de euros y alrededor de 100 trabajadores, comenzó este año a utilizar su viñedo para elaborar vino de forma experimental, concluyendo hasta el momento que las viñas resistentes al clima siempre dan un buen vino con las características de Rioja .

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Otros equipos de investigación también buscan recuperar variedades de uva viejas con largos ciclos de maduración y estudiar los resultados de los cruces.

A unos 60 km (37 millas) al norte del laboratorio, la bodega local RODA también mira hacia el pasado para encontrar soluciones climáticas futuras.

Con la esperanza de proteger sus vides del aumento de las temperaturas, RODA plantó el año pasado un nuevo viñedo con hileras curvas para retener mejor el agua de las lluvias en las colinas de Cellorigo, una de las localidades más frías de La Rioja.

Los viñedos fueron trasplantados después de haber sido cuidadosamente seleccionados de otro viñedo donde RODA estudia el comportamiento de viñedos viejos, algunos de hasta 110 años.

“Nuestra mayor preocupación es qué pasará dentro de 20 o 30 años. Probablemente tendremos que cambiar la variedad de uva, pero no sabemos muy bien cómo van a salir las cosas”, dijo la ingeniera agrónoma María Santolaya, del equipo técnico, al reflexionar sobre el reciente verano sofocante.

“Esperamos no tener muchos años así porque ha sido muy problemático”.

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