El Tesoro se niega a desinflar los impuestos y el estado aumenta los ingresos en un 20% a medida que la economía se desacelera
2 min readEl Estado español ha recaudado 54.749 millones de euros hasta marzo, casi 10.000 millones más que en el mismo periodo del año pasado. Y ello a pesar de que el PIB creció entonces un 2,2% respecto al trimestre anterior, mientras que este año apenas aumentó tres décimas.
El histórico repunte de la inflación está llenando las arcas públicas gracias a que la recaudación fiscal del primer trimestre alcanzó máximos históricos, tras aumentar un 20%. Un incremento que se concentró principalmente en el IVA, a pesar de la bajada del tipo aplicable a las facturas de la luz vigente desde finales de 2021. Así como en el IRPF por el aumento paulatino de los salarios para compensar la subida de precios. Más aún tras la controvertida decisión de Hacienda de no desinflar -actualizar con la inflación- ni las tasas, ni el mínimo personal, ni los gastos profesionales deducibles de este impuesto en un contexto tan inflacionario. Esto explica por qué los ingresos por esta fuente han aumentado en los últimos años.
Este margen adicional es utilizado por el gobierno para financiar medidas encaminadas a mitigar el impacto de la crisis bélica en la economía española. Entre ellos se encuentran las subvenciones a los carburantes, la ampliación de la reducción del impuesto eléctrico, la subida del impuesto mínimo vital y las ayudas a los sectores más afectados por la invasión rusa a la UE. Pero también, por supuesto, para aumentar el gasto burocrático e improductivo.
Con la economía ralentizándose por el desplome del consumo, como ha tenido que admitir el Gobierno en su nueva previsión, y la disminución de puestos de trabajo, parecería urgente la necesidad de moderar la creciente carga fiscal sobre familias y empresas a causa de la inflación.
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