“Un narco viejo, pobre y sin pensión”: Caro Quintero, el narcotraficante más buscado por la DEA y su audaz intento de evitar la extradición
4 min readCaro Quintero es leyenda. Y como tal, muchas versiones corren a su alrededor. Algunos provienen de su propio entorno y buscan facilitar su quedarse en México. Un gol cada vez más difícil tras la Agencia de la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) lo convierten en el hombre más buscado y que un Tribunal Colegiado rechace el recurso de revisión interpuesto por el capo de Sinaloa.
Este viernes, la noticia de un revés al veterano líder del Cartel de Sinaloa marcó las prioridades del gobierno mexicano: entrégaselo a su vecino del norte.
Según la DEA, la “Narco de narcos”, es un hombre armado y peligroso, es buscado por el secuestro y asesinato del agente Enrique Kiki Camarena, en 1985. Sin embargo, el retrato que ofrece de sí mismo es el de un viejo narco, que no puede trabajar y ni siquiera tiene dinero para pagar un abogado en caso de ser detenido por las autoridades.
“Como he señalado, alega ser secuestrado de la acción de la justicia, lo que le impide trabajar o realizar cualquier actividad para la que pueda adquirir recursos económicos”, detalló en una petición presentada ante el Primer Tribunal Colegiado en materia penal. de la Ciudad de México, el pasado mes de junio.
Los servicios de inteligencia militar, la fiscalía mexicana y la Agencia Antidrogas en Estados Unidos (DEA) sostienen que desde que salió de la cárcel en 2013, Caro Quintero ha reagrupado sus fuerzas y aprovechó la caída de su viejo amigo, Joaquín el “Chapo” Guzman, para disputar la plaza en el norte del país.
Para ello, ha centrado su actividad en Triangulo Dorado, una de las áreas productoras de opio más grandes de América y se ha aliado con la Beltrán Leyvaenemigos acérrimos del Cartel de Sinaloa. Cada vez más atrevido, en su escalada estaría tratando de tomar el control de Ciudad Juárez (Chihuahua), la gran puerta de entrada a Estados Unidos.
Todo esto lo niega Caro Quintero. “La cita recurrente alega insolvencia porque afirma ser mayor de sesenta años, no jubilado ni jubilado”.
Su actitud es la habitual en los grandes jefes. Cuando la policía le preguntó al Chapo qué hacía, cuando fue detenido el 22 de febrero de 2014, respondió que era un simple agricultor. Caro Quintero se expresa ahora en un sentido similar, y por supuesto niego, como siempre lo ha hecho, su participación en la asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, el crimen que lo llevó a la cárcel en 1985 y lo ha perseguido día y noche desde entonces.
La Fiscalía da por probado que el 7 de febrero de ese año, cuando Camarena salía del consulado de Estados Unidos en Guadalajara, fue secuestrado por policías y entregado a la Fiscalía. Cartel de Guadalajara. En un campo de la organización, el policía estadounidense fue torturado una y otra vez mientras un médico lo mantenía con vida. Cuando se recuperó su cuerpo, se descubrió que había sido castrado y enterrado vivo.
La barbarie golpeó el corazón de la DEA como nunca antes. La agencia lanzó una gigantesca operación, dentro y fuera de la ley, para atrapar a los culpables. Ninguno se salvó.
El primero en caer fue “El Narco de Narcos”. La justicia de México lo condenó a 40 añosPero en 2013, cuando aún le faltaban 12 años, logró que un juzgado de Jalisco lo liberara por un defecto formal. Cuando se anuló la decisión, ya estaba escondido.
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