Represas y oleoductos en el norte de México se están secando en medio de escasez histórica de agua
3 min readMONTERREY, MÉXICO, 20 jun (Reuters) – María Luisa Robles, empleada de una tienda de conveniencia en la norteña ciudad mexicana de Monterrey, preguntó por segunda vez: “¿Te estás quedando sin agua?”.
Ella tenía, no era solo ella. Las cañerías de este barrio obrero de Sierra Ventana se secaron hace una semana en medio de un desabastecimiento histórico en la ciudad industrial más importante de México.
“Todos sufrimos por la falta de agua corriente”, dijo Robles, de 60 años.
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Frustrados, Robles y su vecino se subieron a un tanque de agua municipal cercano, llenaron jarras y los arrastraron de regreso a sus casas para beber, cocinar, limpiar, lavar las sábanas y los uniformes escolares.
Más de la mitad de las áreas de México están experimentando sequías moderadas a severas, según la Comisión Federal del Agua CONAGUA, en medio de una plaga que los científicos atribuyen al cambio climático.
En la vasta área metropolitana de Montreal, hogar de unos 5,3 millones de personas, la sequía y las precipitaciones por debajo del promedio han provocado escasez de agua en toda la ciudad.
“Estamos en una grave crisis climática”, dijo el gobernador de Nuevo León, Samuel García, en una conferencia de prensa la semana pasada. “Hoy, todos vivimos y sufrimos de eso”.
En junio, la ciudad comenzó a restringir el acceso al agua durante seis horas al día, obligando a las escuelas a ajustar los horarios de clases y entrando en pánico por la compra de agua embotellada para vaciar los estantes de los supermercados.
Crecen las protestas y la indignación pública contra las compañías de refrescos y cerveza, y sus concesiones federales han permitido a los residentes continuar tomando agua incluso cuando ya no están.
El gobierno estatal asegura proteger el agua reparando fugas en cañerías e instalando válvulas de presión, al tiempo que actúa contra fincas, empresas y carnicerías que captan agua robada de ríos o pozos clandestinos.
En los próximos meses más cálidos, se espera que la crisis continúe. Se espera que el verano traiga algunas lluvias constantes a este clima seco.
El martes, Juan Ignacio Paragón, titular de la Agencia de Acueductos y Alcantarillados, dijo que las dos principales represas que abastecen al área metropolitana, Cerro Brito y La Boca, podrían estar vacías. La tercera presa, El Cuchillo, tiene una capacidad del 45%.
El agua ha dejado de fluir en algunos vecindarios, admitió Paragon en una conferencia de prensa la semana pasada.
Uno de ellos es Sierra Ventona, donde Robles vive con su anciana madre, dos hermanos y una nuera con discapacidad motriz.
Requieren mucha agua para mantenerse, por lo que a temperaturas cercanas a los 40 grados centígrados (104 Fahrenheit), Robles se mueve de un lado a otro del tanque de agua, tirando baldes junto con otros residentes o empujando cochecitos de bebé llenos de jarras.
Una tarde de la semana pasada cuando estaba terminando su último viaje, se acordó de su vecina sorda.
“¿Qué más se puede hacer?” Preguntó antes de finalmente ir a la bañera. “Necesitamos agua para vivir”.
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Reportado por Laura Gottsteiner y Daniel Beseril en Montreal; Edición de Mark Porter
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