noviembre 22, 2024

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Etienne Klein, plagiario “sin saberlo por su propia voluntad”

3 min read
Por Jérôme Dupuis

Publicado hoy a las 6:00 p.m.

¿Puede un hombre tan brillante ser un plagiario? Ésta es, básicamente, la inquietante cuestión que plantea el “caso Etienne Klein”. El célebre físico, cuyas piruetas filosófico-científicas fascinan a los oyentes (presenta un programa semanal sobre France Culture) y a los lectores (sus obras se distribuyen en decenas de miles de copias), es uno de estos científicos de los medios de comunicación en la alegre erudición que siempre ha encantado a los Francés. Con grandes golpes de quarks, agujeros negros y otros espaciotemporales cuánticos, su retórica todo en paradojas hace maravillas. Los honores académicos siguieron rápidamente: ya director de investigación en el Commissariat à l’énergie atomique (CEA), Etienne Klein fue nombrado por François Hollande, en septiembre de 2015, presidente del Instituto de Estudios Avanzados para la Ciencia y la Tecnología (IHEST), un prestigioso cuerpo estatal. Ya se rumorea que se le podría reservar una cátedra en el College de France.

Copiar y pegar de autores famosos

Un giro unos meses después: en noviembre de 2016, El expreso revela que el físico incurrió en múltiples plagios en sus libros y artículos. La lista de plagiarios es interminable: Stefan Zweig, Emile Zola, Bertrand Russell, Jean Cocteau, Roman Jakobson, Emil Cioran, Clément Rosset, Philippe Claudel… La particularidad de las obras de Etienne Klein, de hecho, es mezclar teoría física y reflexiones más literarias . Sin embargo, revela el semanario, muchos de sus vuelos poéticos son sólo copia y pega de autores famosos. Así, una página del País donde vivió Albert Einstein (Actes Sud, 2016), su bestseller de la época, es una colección de citas de Paul Valéry, Gaston Bachelard y Aragon.

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Etienne Klein no duda en pedir prestado a sus contemporáneos, colegas o escritores, las crónicas que ofrece a diario. La Cruz. En junio de 2016, una de estas deliciosas crónicas sobre la trayectoria del balón de fútbol se tomó prestada casi palabra por palabra del libro. Materia espacio-temporal, firmó Gilles Cohen-Tannoudji y Michel Spiro (Fayard, 1986). Y, como el físico tiende a reciclar sus crónicas escritas en forma de boletos de radio, libros y conferencias, su plagio parece haberse multiplicado. Se lanza el “asunto Etienne Klein”.

Han pasado más de cuatro años y, en este mes de agosto de 2021, el físico está haciendo su mea culpa: “Sí, es cierto, soy culpable de plagio literario, pero en ningún caso de plagio científico”, insiste al Mundo. Y para dar tres explicaciones. Una cierta “Por casualidad”, en primer lugar : “Estaba haciendo demasiadas cosas a la vez. Fue mi gran culpa. Como resultado, regularmente me olvidaba de poner comillas entre comillas. “ Una forma de ligereza técnica, entonces: “Cometí errores en los archivos de computadora y confundí mis notas personales con citas de grandes autores. “ Pero, entonces, ¿cómo explicar las pequeñas diferencias – un adverbio además aquí, un cambio de tiempo allá – entre las citas originales y sus versiones firmadas por Etienne Klein? ¿No es esto un intento de “disfrazar” los préstamos?

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