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España y su polémico apagón |  Atalayar

España y su polémico apagón | Atalayar

Si a principios de enero nos hubieran mostrado la película de nuestras vidas en pleno agosto -con el caluroso verano- bien podríamos haber adoptado una actitud diferente ante la gravedad del añonuestro entorno y el mundo entero se han convertido.

Durante siete largos meses hemos estado recibiendo malas noticias., uno tras otro, en dosis. Al final, nos acostumbramos a esta amarga mala medicina.

Rusia y su sangrienta invasión de Ucrania por un «filósofo» que lamenta la antigua URSS. Estados Unidos y su imperialismo sangriento. China y su sangrienta ambición económica y tecnológica. Con este escenario, el mundo nos durará tres días.

Y estando en Europa, la gente se broncea la piel bajo el sol intenso, el regreso de septiembre a la dura realidad pone el otoño y el invierno en condiciones difíciles. No solo el tiempo, que ya conocemos con intensas ventiscas, temperaturas en descenso y nevadas. No, lo peor está por llegar: un invierno con estrictos racionamientos energéticos y casi sin calefacción, gracias a Rusia y también gracias a los pésimos planes de diversificación energética de Europa y al lamentable esfuerzo de los europeos por alcanzar la autosuficiencia energética.

Los cortes de suministro de petróleo y gas rusos continúan debido al dictador ruso Vladimir Putin les ordenó reembolsar uno a uno a los europeos las sanciones que, junto con Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur y otros países, aplicaron a Rusia para presionar al Kremlin a retirar sus tropas de Ucrania y llevarla de vuelta a la negociación mesa. Es demasiado tarde ahora, Putin tiene la sartén por el mango.

Más recientemente, Hungría, la República Checa y Eslovaquia han agotado sus suministros habituales de petróleo ruso.. Y lo peor está por venir: el corte del suministro de gas ruso, que se utiliza, entre otras cosas, para calentar empresas europeas, instituciones gubernamentales y millones de hogares.

Rusia se vengará en septiembre. Los ciudadanos sólo piensan en las vacaciones de verano y los gobiernos en el agitado fin de año. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, pide racionamiento de gas y solidaridad entre países para los que menos tienen.

Y no hay manera de decir no a una UE que abre el grifo del dinero cada vez que un miembro europeo el estado debe ser salvado del colapso. España, recurrente beneficiaria y ayudada por fondos europeos, debe solidarizarse con la causa.

“Según los acuerdos aprobados por la Comisión Europea, España es responsable de asegurar un ahorro del 7% de su consumo energético, a partir del 1 de agosto. A la espera de la finalización del Plan de Emergencia adicional que se presentará en Bruselas a finales de septiembre, el Gobierno estima que el ahorro derivado de la aplicación general de las medidas del RDL del 1 de agosto podría alcanzar entre el 4 y el 5% del total”, según a La Moncloa.

Sobre el tema

Será una operación progresiva. El primero consiste en un plan de ahorro energético que entrará en vigor a partir de la medianoche del miércoles 10 de agosto y obliga a todos los comercios a apagar la iluminación a partir de las diez de la noche.. El aire acondicionado debe mantenerse a un máximo de 27 grados centígrados y la calefacción en otoño e invierno a un máximo de 19 grados centígrados.

El “apagón”, como se llama aquí en España a esta polémica medidaha preocupado a los ciudadanos, fastidiado a los comerciantes ya los gobiernos de las comunidades autónomas distintas al PSOE casi en revuelta.

En Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha advertido de que apagar los escaparates y la iluminación de los comercios de Madrid a partir de las diez de la noche es una invitación a la delincuencia. Ella ya ha advertido que la delincuencia aumentará.

Díaz Ayuso habla de tristeza y de un Gobierno del socialista Pedro Sánchez obsesionado con arruinar negociosreduciendo la clase media y dificultando la vida de los ciudadanos.

En España hay una tradición de vida nocturna, y no solo los fines de semana, a la gente le gusta salir a cenar y tomar algo. Y mientras camina, la gente camina mucho durante el día, en la noche y temprano en la mañana; simplemente les gusta disfrutar de su ciudad. Vivir a medias acabará por dinamitar el hastío de los ciudadanos que ya han tenido suficiente, y torpedear su ocio equivale a arrebatarles su libertad. En cuanto empiecen a multiplicarse los asaltos, el Gobierno de Sánchez estará en aprietos.