Argentina nombró el domingo a Silvina Batakis como su nueva ministra de Economía luego de la repentina renuncia al final de la semana de su antecesor, Martín Guzmán.
El presidente Alberto Fernández nombró a Batakis, de 53 años, quien se desempeñó como ministro de Economía de la provincia más grande y rica de Argentina, Buenos Aires, de 2011 a 2015. El nombramiento se anunció en Twitter.
Guzmán, el arquitecto de un acuerdo de reestructuración de deuda de $44 mil millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), renunció inesperadamente el sábado. Esto siguió a sus constantes enfrentamientos con el ala militante de la coalición gobernante leal a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que desaprobaba su política fiscal más dura.
economía en crisis
Batakis llega en un momento en que la economía argentina está en crisis, con una inflación superior al 60 %, un alto déficit presupuestario, temores crecientes de incumplimientos y personas que pierden la fe en el peso y anticipan una devaluación.
Se la considera más alineada con el ala militante de la coalición gobernante peronista, que quiere más gasto público para ayudar a reducir los altos niveles de pobreza de Argentina. “No hay pobreza digna”, escribió en una publicación fijada en su cuenta de Twitter. “Es solo pobreza, y tenemos que combatirla”.
Esto contrasta directamente con las estipulaciones del acuerdo con el FMI para reducir el déficit presupuestario, aumentar las reservas y reducir el financiamiento del banco central.
Sus críticos se mantienen escépticos ante la nominación. Matias Carugati, economista de Consultora Seido, señaló la falta de información sobre la visión política de Batakis. «Ahora tenemos un ministro», dijo, «pero todavía no tenemos un plan económico».
Cómo llegó esto aquí
El malestar político se produce en un momento en que Argentina atraviesa un momento tumultuoso económicamente. La potencia agrícola ha luchado contra una inflación de más del 60% en los últimos 12 meses. La economía también se ha visto afectada por huelgas de camioneros por la escasez de diésel.
La partida abrupta de Guzmán también deja al país en el limbo, ya que tenía previsto viajar a Francia esta semana para conversar sobre la renegociación de un acuerdo de deuda de 2.000 millones de dólares con el grupo de prestamistas soberanos del Club de París.
La deuda inicial de $ 57 mil millones con Argentina fue la más grande jamás emitida por el FMI. La última entrega del acuerdo fue rechazada por el presidente Alberto Fernández luego de tomar el relevo de su antecesor liberal Mauricio Macri.
Con la inflación disparada y las reservas de moneda extranjera sangrando debido a los altos costos de importación de energía, los inversionistas están cuestionando la capacidad de Argentina para cumplir con sus obligaciones de deuda. Los rendimientos de los bonos del gobierno se encuentran entre los más altos del mundo, lo que demuestra la falta de confianza de los inversores en ellos.
Argentina ha incumplido su deuda nueve veces desde que se independizó de España en 1816, y tres veces este siglo, con el mayor incumplimiento ocurrido a fines de 2001.
ss/msh (AFP, AP, Reuters)
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