Amnistía condena ejecución de mujer en Singapur como muestra de ausencia total de reformas judiciales – Radio Centro
2 min readAmnistía Internacional ha emitido un fuerte comunicado condenando la ejecución de Saridewi Djamani en Singapur por tráfico de drogas. Según informa la ONG, Djamani es la primera mujer ejecutada en Singapur en casi 20 años, lo que enciende las alarmas sobre la situación de los Derechos Humanos y el respeto a los estándares del Derecho Internacional en el país.
La ejecución de Djamani ha generado críticas hacia el gobierno de Singapur, quien no ha llevado a cabo reformas en relación con la pena de muerte. Amnistía Internacional denuncia que esta práctica viola los principios de los derechos humanos y no tiene fundamento, ya que no existe evidencia de que la pena de muerte tenga un efecto disuasorio sobre el uso o disponibilidad de las drogas.
En contraste, la ONG destaca que países como Ghana han tomado la medida de abolir la pena de muerte para la mayoría de los delitos. Este ejemplo plantea la pregunta de cuándo Singapur seguirá su ejemplo y pondrá fin a esta práctica cruel y discriminatoria.
La posición del gobierno de Singapur es que Djamani traficaba con una cantidad de droga suficiente para alimentar la adicción de casi 370 personas durante una semana. Sin embargo, Amnistía Internacional sostiene que la pena de muerte no es la solución para combatir el tráfico de drogas y lamenta que Singapur continúe utilizando este castigo para delitos relacionados con el tráfico de drogas que causan daños considerables.
La ejecución de Djamani marca un hito en Singapur, ya que es la primera mujer ejecutada desde el año 2004 y la decimoquinta persona ejecutada desde principios de este año. Este suceso plantea la urgente necesidad de evaluar las políticas sobre pena de muerte y de garantizar el respeto los derechos humanos en el país asiático.
La comunidad internacional, así como organizaciones defensoras de los derechos humanos, continúan exigiendo a Singapur una revisión de sus políticas de pena de muerte y el fin de estas prácticas crueles e inhumanas. La pregunta sigue en el aire: ¿Hasta cuándo Singapur continuará perpetuando la discriminación y violando los derechos fundamentales de las personas? Es necesario que el país siga el ejemplo de Ghana y busque alternativas a la pena capital que garanticen la dignidad de todas las personas involucradas en el sistema judicial.
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