Al menos 48 muertos por el violento terremoto en Japón que ha hecho revivir la pesadilla de Fukushima

Japón vivió la jornada de Año Nuevo sumido en el miedo, la incertidumbre y el angustioso recuerdo del tsunami de 2011. Un terremoto de 7,4 grados en la escala Ritcher afectó a varias prefecturas y provocó graves daños. Según informes, al menos 48 personas han fallecido a causa del seísmo, pero se espera que esta cifra aumente.

La prefectura de Ihsikava, epicentro del terremoto, sufrió múltiples muertes y numerosas personas quedaron atrapadas bajo los escombros. Además, la situación se complicó aún más cuando varios centros sanitarios quedaron al borde del colapso y miles de hogares se quedaron sin electricidad.

Inmediatamente después del desastre, el primer ministro japonés ordenó el envío de ayuda a las áreas más afectadas y advirtió sobre posibles réplicas. La alarma de tsunami fue activada, generando aún más pánico entre la población, pero finalmente fue desactivada varias horas después.

Ante el riesgo de un nuevo tsunami, miles de japoneses huyeron hacia zonas más elevadas, registrándose importantes desplazamientos humanos. Además, se reportaron daños en carreteras, edificios y supermercados, y decenas de autopistas y carreteras se resquebrajaron.

En medio de esta tragedia, se ha destacado que no se han reportado daños en las centrales nucleares, incluida la problemática central de Fukushima, lo que ha generado un suspiro de alivio en el país.

Este fuerte sismo ha revivido los trágicos recuerdos del terremoto y tsunami que devastaron Japón en 2011, dejando a su paso miles de muertos y graves daños materiales. La población aún recuerda ese terrible desastre y ahora, con este nuevo terremoto, se ha vuelto a encender el temor en el país.

Las autoridades continúan trabajando para evaluar los daños y brindar asistencia a las víctimas. La solidaridad entre los japoneses se ha hecho presente, con numerosas muestras de apoyo y ayuda en todo el país.

El pueblo japonés, marcado por su persistencia y resiliencia, se encuentra una vez más frente a un desafío enorme. Pero como ha quedado demostrado en el pasado, Japón sabe reconstruirse y salir adelante. Aunque el miedo y la incertidumbre persisten, la fortaleza y la determinación también son características innatas de este país. El espíritu de lucha y superación se mantiene vivo y permitirá que Japón se recupere una vez más de esta tragedia.