Cocina en cuarentena, en directo desde Instagram y un regreso con tropiezos que le dieron ritmo: así se preparó Schwartzman para llegar a su primera final de Masters 1000
5 min readEra abril y los días de Diego Schwartzman transcurrían de una forma muy diferente a la prevista. La pandemia de coronavirus había obligado a interrumpir el circuito mundial de tenis, por lo que se suspendieron los viajes y los torneos y Las horas de Peque empezaron a transcurrir entre entrenamientos en casa, actividades familiares e incertidumbre profesional. Afortunadamente para el número uno de Argentina esos tiempos quedaron atrás y hoy disfruta de la que seguramente sea la mejor semana de su carrera habiendo alcanzado la final del Masters 1000 de Roma, donde se enfrentará al serbio Novak Djokovic.
Antes de que se detuviera la competencia, Schwartzman había llegado a mediados de febrero al semifinal de la ATP de Buenos Aires, pero no pudo asistir al juego debido a una lesión. Una semana antes había caído en la final del ATP de Córdoba ante el chileno Cristian Garin.
La cuarentena obligatoria obligó al tenista a recluirse con sus padres, su hermano Matías, su novia Eugenia y sus perros Bob y Ziggy. No poder entrenar en una cancha no fue sencillo, pero el Peque lo resolvió armando un pequeño gimnasio en casa y siguiendo las rutinas diarias que le mandaba su preparador físico Martiniano Orazi.
En cierto momento, también se dio cuenta de que era necesario sacar las raquetas de las bolsas y tenerlas en la mano aunque sea por un tiempo. “Empecé a agarrar mis raquetas con la mayor frecuencia posible y a lanzar pelotas contra la pared por una razón: para que los callos no se vayan de mi mano. Parece una broma pero después puede ser algo bastante perjudicial, durante el año o cuando volvamos ”, confió en su momento a la web oficial de la ATP.
Más allá de las prácticas, las horas para el nativo de Villa Crespo transcurrieron entre videojuegos y juegos de cartas con la familia. También se prestó a diversas retransmisiones a través de Instagram en vivo y organizó un torneo solidario virtual con su amigo Paulo Dybala llamado ChamPlay. Durante su cuarentena, también agregó un nuevo pasatiempo: cocinar. “Con mi novia hicimos budines para la tarde, papas fritas para el mate, hicimos tortas, rissoto”revelado.
“Somos un poco lobos solitarios, así que también fue un aprendizaje diario”, dijo Schwartzman sobre lo que se necesitaba para estar cerca de otras personas durante tanto tiempo. Recién a fines de julio pudo volver a entrenar en una cancha bajo la “nueva normalidad” de estrictos protocolos de salud.
El 25 de julio, el tenista viajó a las bahamas intensificar su trabajo para el regreso de la competición, que estaba prevista para mediados de agosto con el Cincinnati Masters 1000, cuya edición se celebró por única vez en Nueva York. El Peque se fue del país con su entrenador Juan Ignacio Chela, tu preparador físico Martiniano Orazi y su novia Eugenia De Martino.
Pero el regreso a la competición no fue como esperaba el argentino. En Cincinnati perdió en octavos de final ante el local Reilly Opelka (39 °) por 6-3 y 7-6. En el US Open, en tanto, sufrió una dura e inesperada derrota ante el británico. Cameron Norrie (76º): Después de ganar los dos primeros sets, no pudo mantener el nivel, perdió los tres siguientes y fue eliminado.
El traslado a Europa no supuso una mejora en el panorama. Tras tener la primera ronda libre en el ATP de Kitzbuhel, se impuso en su debut ante el local Sebastián Ofner (159o), pero luego quedó fuera del concurso en los cuartos de final ante el serbio Laszlo Djere (81 °).
Todo iba a empezar a revertirse en el Masters 1000 de Roma, una competición que sirve como antesala del Grand Slam de Roland Garros. El Peque, actual dueño del puesto 15 en el ranking mundial, superó al australiano en su debut John Millman por 6-4 y 7-6, y luego dejó el polo en el camino Hubert Hurkacz por 3-6, 6-2 y 6-4. El gran golpe llegó en cuartos de final nada más y nada menos que ante la española Rafael Nadal, a quien nunca había conseguido batir en las nueve veces que se habían cruzado previamente en el circuito. El argentino exhibió un nivel extraordinario y se alzó con la victoria sobre el número dos del mundo por un contundente 6-2 y 7-5. Ya en semifinales tuvo que pelear, pero una vez más fue el ganador: ganó por 6-4, 5-7 y 7-6 al canadiense Denis Shapovalov, con quien había compartido algunas sesiones de entrenamiento durante su estadía en las Bahamas.
Este lunes, Schwartzman se enfrentará a otro gran rival como es el serbio Novak Djokovic, número uno en el mundo. Nole llega a este encuentro con un récord impresionante desde ha ganado todos los juegos que pudo completar esta temporada. Su única derrota fue la descalificación que sufrió hace unas semanas en la cuarta ronda del US Open por golpear accidentalmente a un juez de línea con una pelota.
Contra Djokovic, Peque buscará conseguir otro resultado histórico. Intentará cosechar la primera victoria de su carrera contra un rival ante el que ha perdido en sus cuatro encuentros anteriores. “Hay que salir a ganar lo que sea y preparar el partido como si fuera una primera vuelta, no como una final”revelado. La tarea es difícil, pero la experiencia reciente le dice al argentino que no hay imposibles.
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